La biblioteca secreta o cómo aprendí a confiar en los robots

“Físicamente, y hasta cierto punto mentalmente, un robot, cualquier robot, es superior a un ser humano. ¿Qué lo hace esclavo, entonces?”

Isaac Asimov

Confieso que todavía no se me da demasiado bien lo de leer libros en la computadora. En el celular nunca lo había intentado y tablet no tengo, así que ni idea de si su forma, más parecida a una página, facilite y haga “el trabajo” para quienes todavía nos cae el libro en la cara cuando nos quedamos dormidos.

Fue la semana pasada cuando mi novia me dijo: “Flaco, mira”, mientras me mostraba un video de Tik Tok de otro flaco asegurando que en Telegram estaban “todos los libros del mundo” (sic).

Más por contradecirlo que por otra cosa, seguí las instrucciones para encontrar esta prometida maravilla tecnoliteraria. “Ajá, entro a Telegram, voy a la lupita (buscador), escribo Biblioteca Secreta y listo. ¿Listo?”.

Al llegar a este punto, te da la bienvenida un bot, especie de “entidad” robótica que durante años odié con locura por generar spam, crear tendencias falsas en Twitter y básicamente joder la paciencia en todas las redes y plataformas habidas y por haber del mundo.

Me entero que existen bots buenos y en el contexto Telegram son una especie de ayudante que te explica o facilita a operar cierta aplicación. También me entero que se le llama bot a todas estas apps que aparecen en Telegram, pero en fin… “Hola bot, vamos a hablar tú y yo. ¿Qué libros tienes ahí?”.

Confieso que me cayó bien de una este bot, cuya foto de perfil lo muestra como una especie de tableta Kindle, y ataviado un combo pirata que incluye sombrero con calavera, pata de palo, parche en el ojo, espada curva y grito de guerra (en este caso el universal y enojado “Argg”).

Palabras más, palabras menos, te deja claro que lo único que hay que hacer es escribir el nombre del autor o el título del libro y él recorrerá las infinitas estanterías de la biblioteca para que te pongas a leer y hagas algo bueno con tu teléfono.

Obviamente no están “todos los libros del mundo”, como optimistamente aseguraba el tik toker, pero lo que encontré no está nada mal.

Arranqué buscando Borges y fue poco lo que encontré. Luego intenté con Cortázar -sí, ya sé, par de argentinos seguidos, que original soy-, pero aquí la cosa se puso interesante. Más de 20 libros y en el caso de Rayuela, tres ediciones distintas.

“Bueno, bueno Bot, vamos a ver qué más tienes por ahí”, pensé entre retador, odioso y sorprendido, así que le lancé una recta a 99 millas. David Foster Wallace. Me mostró un libro de entrevistas al fallecido ¿neoyorquino?, recopilado por Stephen J. Burn, más difícil de encontrar que uno del propio DFW.

Se me prendió el bombillo y empecé a buscar por títulos y me convencí de que sería bueno estar siempre prevenido y usar pañales por si algo te sorprende más de lo que debería. Pues sí, encontré La broma infinita, hablemos de langostas, El rey pálido… El bot respondió a mi recta con un jonrón de 4 carreras en el noveno.

Intenté con Thomas Pynchon y apareció de todo. Alessandro Baricco, Chuck Palahniuk, en fin. No son todos los del mundo, pero hay para que se te gaste la pila del celular 34 millones de veces.

Regreso al mensaje con el que me dio la bienvenida el bot pirata y veo que me había advertido que guardaba una que otra cosita por ahí. “Charla conmigo y descubre cómo ¡tengo más de 95.000 libros!”.

Lindo número, pero en época de falsas o engañosas promesas, pensé que sería algo tipo: “tengo 95.000 libros: los 30.254 de Paolo Coelho, 15.000 versiones de Padre Rico, Padre Pobre, una Iliada, El Quijote y chao”.

Esto me deja una hermosa enseñanza. Confíen en los robots, aunque usen parche y les falte una pierna.

La ñapa:

*Bot me cuenta que por temas de copyright, suele cambiar de ubicación. Pero tranqui, te la pone fácil si le das click a http://bookbot.freeddns.org

*Tiene también una versión en inglés y otra en catalán.

*Libros Libres es otro bot que vale la pena visitar. Publica casi a diario entre uno y dos títulos, que van desde clásicos (La divina comedia, el Almuerzo desnudo, de Burroughs, etc), sagas como la de Milenium de Stieg Larsson, psicología, filosofía y hasta teoría literaria (tiene una buena provisión de Roland Barthes).

Pilla el video para llegar a la biblioteca secreta

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